César Girón es granadino, eso no lo puede evitar ni quiere. «Mi padre es más de Granada que la Virgen de las Angustias», dice… pero eso no le convierte en andaluz. César es uno de los miles de granadinos que no creen en Andalucía y que sueñan con un referéndum que les permita salir de una región que no les representa
«Un día vinieron y dijeron que mi padre era un tal Blas Infante, del que nunca habíamos oídos hablar«, se justifica César. Tampoco cree en un himno que se tuvo que aprender ni en una bandera verde, blanca y verde que nada tiene que ver con la que él defiende: una bandera blanca con una granada que cada vez es más visible por las calles de Granada.
«La gente aquí no se siente andaluza, se siente de Granada», dice César que está convencido de que algún día su provincia dejará de ser parte de Andalucía. «Esto pasará «
Su discurso lleva años recorriendo asociaciones históricas de la provincia. «Es una iniciativa muy antigua», cuenta a NIUS. Ahora intentan darle un impulso mayor diseñando una estrategia que les permita difundir su mensaje a más gente apoyándose en investigaciones sobre el pasado de la región y análisis jurídicos sobre sus opciones de futuro.
En esa lucha está César, letrado de los servicios jurídicos de la Junta de Andalucía, lo que no le impide luchar por buscar la fórmula que le permita de sacar a Granada de la región. «Yo siempre he defendido esto», explica a NIUS, «incluso durante los 34 años que estuve de socialista». Ahora César Girón forma parte del partido Juntos por Granada, una plataforma que en las últimas elecciones generales recibió 9.300 votos en la provincia de Granada.
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Detrás de esta reivindicación está la historia de una provincia que fue reino nazarí, reino cristiano y región hasta convertirse en parte de Andalucía. «La historia de la nación andaluza es una mentira», insiste César, que sitúa en el agravio la segunda parte de la queja de su iniciativa: «Todo se lo lleva Sevilla«.
Para César, Granada vive sometida a «una gran Andalucía regida por Sevilla«, cuando a lo largo de su historia los granadinos siempre han mirado hacia el otro lado, con una mayor vinculación con las provincias de Jaén o Almería, que precisamente votó en contra de la autonomía en el referéndum andaluz de 1980.
«La gente aquí no se siente andaluza, se siente de Granada«, dice César que está convencido de que algún día su provincia dejará de ser parte de Andalucía. «Esto pasará«, asegura, pero si no sucede, «tampoco pasará nada«, cuenta a NIUS, «nos conformaremos con ser la luz que diga a todo el mundo que esto no fue así«.